miércoles, 18 de junio de 2008

LA INFORMATIZACION DE LA JUSTICIA

LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA Y LAS NUEVAS

TECNOLOGÍAS

LA INFORMATIZACION DE LA JUSTICIA

Reflexiones sobre las nuevas tecnologías.

Durante la segunda mitad de este siglo, en forma progresiva (pero con características de progresión geométrica) el ser humano fue sorprendido por los grandes avances científicos y tecnológicos, los que se han hecho notar especialmente en el área de comunicaciones e información.-

El impacto de esas nuevas tecnologías ha sido y es tal, que ya podemos hablar del fin de la sociedad industrial y el comienzo de la sociedad tecnológica de la información, donde la informática, Internet y sus variantes corporativas intranets y extranets, la prensa electrónica interactiva, videoconferencia, trabajo, consultas y educación a distancia -entre otros- gobernarán a la sociedad mundial toda; tanto desde lo económico y social, cuanto de lo político; sea nacional, continental o universal.

La nueva tecnología avanza tan inconteniblemente que quienes gobiernan los Estados deben ocuparse imperiosamente de las infraestructuras necesarias y del desarrollo de las industrias asociadas a ella, especialmente en lo referente a la comunicación, información e informática, ya que constituyen en la actualidad los pilares básicos en los cuales se asienta la economía y el desarrollo universal.

Estas nuevas tecnologías mueven a la sociedad global. En este aspecto no es factible dejar de lado una planificación adecuada por parte de todos los Poderes constitutivos del Estado Nacional, si lo que queremos es ser una sociedad de avanzada. La política real de un Estado en la actualidad tiende al dominio de las nuevas tecnologías, ya que hace a su política exterior, convirtiéndolo en competitivo frente a los otros Estados.

Impacto sobre la Administración de justicia.

En la administración de justicia, constitucionalmente acordada al Poder Judicial a través de sus órganos, sean éstos de carácter individual (juez) o colectivos (Tribunales colegiados), cuyo órgano superior es la Corte Suprema, el impacto de la revolución tecnológica es, sin lugar a dudas, de vital trascendencia.

La función de "administrar justicia" tiene su inicio con la causa incoada por el justiciable ante el órgano correspondiente, y discurre por andariveles propios hasta llegar a la sentencia. Más allá de las normas procesales necesariamente aplicables, se genera en paralelo a la litis toda una estructura administrativa que viene de la mano de un modelo de gestión.

Desde el nacimiento de los Tribunales, momento en que se concibiera el primigenio modelo, esa gestión que acompaña al "caso judicial" ha sido escasamente modificada. Antes bien, podría decirse que ha sido olvidada, manteniendo hoy características propias de tiempos pretéritos.

Ese olvido implica una falta de adaptación al cambio y se traduce en la crítica cotidiana de justiciables, letrados y de la opinión pública en general. Lentitud e ineficacia son el denominador común.

"La justicia que se ve y se siente, la de los Tribunales" conforme la definiera Colmo, se resume en: colas interminables, casilleros atestados de expedientes, audiencias a varios meses vista, sentencias que -aunque brillantes en muchos casos- llegan luego de varios y penosos años para las partes.

En función de ello, entiendo que nos enfrentamos a una falsa disyuntiva. No podemos hablar de informatización de la justicia ni de proceso informatizado.

Desde luego, si se piensa que hasta no hace mucho el último avance tecnológico incorporado a la justicia lo constituía la máquina de escribir eléctrica, cabe entonces aclarar que la introducción de la informática al ámbito judicial resulta de innegable utilidad.

Empero, si bien útil, aisladamente considerada es insuficiente, puesto que se pierde de vista el contexto en que esa nueva tecnología debe operarse.

En efecto, la mera incorporación de un aplicativo informático, sin un cambio estructural en la gestión o "gerenciamiento" del Tribunal y en las normas que pautan el procedimiento, con el tiempo convierten al más potente ordenador en una muy moderna y vistosa máquina de escribir.

Consecuentemente, la nueva tecnología debe ir de la mano de un cambio de mentalidad organizacional que debe apuntar a diversos aspectos.

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